En el noticiero central de la Televisión Nacional de Chile emiten
un informe sobre un tal Francisco a quien le extirparon el estómago por error.
Sí, por error. Fue a un hospital de Valdivia y los médicos decidieron sacárselo
porque creían que el hombre tenía cáncer.
En un restaurante familiar de Pucón, la mesera se ríe de la
noticia. La cocinera, asombrada al ver la televisión se pregunta si alguien
puede vivir sin estómago. Francisco cuenta su drama en el horario en que la
familia chilena cena y dice que él quiere que eso no le pase a nadie más. El
dueño del restaurante pregunta qué es lo que le pasó al tal Francisco. La
camarera le cuenta: “Le sacaron el estómago por error”. El tipo abre los ojos,
como dos huevos duros, y se pone a mirar el desgarrador informe.
Mientras tanto, en ese mismo restaurante una pareja de
argentinos come una pizza de camarones que a la mesa llegó fría, como si recién
hubiese salido del mar. En la mesa de enfrente, unos jóvenes chilenos se animan
y también piden l excéntrica pizza. En unos veinte minutos sabrán que ese mazacote
fue una mala decisión para la cena.
Francisco ya es historia para
la televisión. Ahora, la noticia es un señor con cirrosis que no puede superar
su problema con el alcohol. Su familia está preocupada por el asunto y pide a
las autoridades que se hagan cargo de su adicción. Todo eso contado en tono
melodramático. La cocinera pide cambiar de canal.