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29 noviembre 2006

El Beatle silencioso


Las luces del espectáculo nunca encandilaron a ese muchacho de rasgos angulosos, ojos anchos y cejas espesas y oscuras. Detrás de esa sonrisa tímida se escondía una mirada introspectiva, íntima. George Harrison siempre fue considerado como el beatle silencioso. Odiaba asistir a las conferencias de prensa que él y sus otros tres amigos debían ofrecer cada vez que llegaban a un nuevo aeropuerto.

Escudado en su guitarra Harrison siempre le aportó a Los Beatles la seguridad y solvencia que un músico debe brindarle a sus compañeros de ruta. Su labor al frente de las seis cuerdas siempre fue impecable. Dotado con un gran virtuosismo George siempre ha sido considerado uno de los mejores guitarristas de su época. No solo desde su lugar de intérprete sino también desde su espacio como compositor. Taxman, Something, Here comes the sun, My sweet Lord, entre otros, son algunos de sus más recordados temas.

El 29 de noviembre de 2001 la vida se apagó para George. Un cáncer pulmonar terminó con su existencia. La ciudad de Los Angeles se tomó el atrevimiento de despedirlo, lejos de la Liverpool natal que lo vio nacer en el año 1943.

Atrás habían quedado los agitados años sesenta junto a Los Beatles. Aquellos tiempos en los que junto a John, Paul y Ringo cambió el rumbo de la música contemporánea.

Harrison fue una pieza fundamental en el engranaje de la banda inglesa. Hacía el año 1967 George invitó a sus compañeros a un retiro espiritual en la India. Allí Los Beatles conocieron al Maharishi Mahes Yogi, quien había introducido algunos cambios filosóficos en las enseñanzas hindúes. El resultado de esa reunión cambiaría el rumbo musical de la agrupación, a partir de allí se sucedieron los discos más interesantes de la carrera musical del grupo.

Incentivado por las enseñanzas del Maharishi Harrison extendió sus vínculos con el movimiento de la conciencia Krishna, para él su conexión espiritual con la India era algo más que un furor pasajero.

Su carrera pos beatle fue sumamente exitosa. Luego de la disolución de los fabulosos cuatro de Liverpool, Harrison editó doce discos. La lista se inicia con All things must pass (álbum triple) del año 1970 y se cierra con Brainwashed. Este último salió a la venta un año después de su muerte.

George tuvo la particularidad de ser el primer beatle en alcanzar el número uno de ventas luego de la separación de la legendaria banda. Catapultado por el tema My sweet Lord, su primer álbum alcanzó el tope de los charts británicos.

En 1971 Harrison organiza un concierto a beneficio en el Madison Square Garden de New York para aliviar la hambruna en Bangladesh. En el evento participan varios de sus amigos de la música, algunos de los invitados de lujo fueron Eric Clapton, Bob Dylan, Ringo Starr, entre otros.

Ese recital fue percusor en la organización de actos de caridad encabezados por estrellas de rock. The Concert for Bangladesh registró las dos noches en el estadio estadounidense en un disco triple y una película. El año pasado el sello Capitol relanzó ambos materiales en sus respectivas versiones digitales.

La personalidad escurridiza e introspectiva de Harrison hizo que poco a poco se alejara de los grandes escenarios. Eran esporádicas las veces que el ex beatle salía de su mansión. Las escasas chances en las que el músico abandonaba su hogar eran cuando se dirigía a algún estudio de grabación a registrar material nuevo.

El final de la década del noventa encontró a George reconciliado con los escenarios. De la mano de su amigo Eric Clapton el otrora guitarrista de Los Beatles salió de gira nuevamente.

Los últimos años de su vida Harrison los pasó luchando contra el cáncer. En 1998 fue operado para extraerle un tumor en el cuello. La intervención fue un éxito pero hacia abril del 2001 fue nuevamente sometido a una nueva operación para tratar un cáncer en el pulmón.

Cinco años han pasado desde la partida de este extraordinario guitarrista y cantante inglés. Por suerte su música ha quedado registrada para que pueda ser admirada por siempre. Lejos de todo aire de rock star George solo quería hacer música. Cuando Harrison profundizó sus creencias espirituales, en los años ’70, dijo a un diario británico: “La música tiene que usarse para percibir a Dios, no para mover el esqueleto”.

George Harrison interpretando Here Comes The Sun en el concierto por Bangla Desh