Hace unos días vi nuevamente la entrevista que Joaquín Soler Serrano le realizó en 1977 a Julio Cortázar en el programa A Fondo. En un pasaje de la charla el escritor argentino reflexionó sobre el humor realizando una comparativa entre el sentido del humor de los anglosajones y el de los iberoamericanos:
“El sentido del humor es una cosa que nos ha faltado mucho a los latinoamericanos y a los españoles. El sentido del humor tal como lo entienden los anglosajones que son de alguna manera los inventores si se puede decir. Esa manera que en las circunstancias más trágicas, más dramáticas, haya una reacción que te pone del otro lado y te hacer ver las cosas con humor”.
“El sentido del humor es una cosa que nos ha faltado mucho a los latinoamericanos y a los españoles. El sentido del humor tal como lo entienden los anglosajones que son de alguna manera los inventores si se puede decir. Esa manera que en las circunstancias más trágicas, más dramáticas, haya una reacción que te pone del otro lado y te hacer ver las cosas con humor”.
No soy un experto en el tema, pero si alguien me pregunta qué tipo de humor hacen los anglosajones se me ocurre una sola respuesta: Monty Python. Este grupo inglés marcó una época dentro del humor televisivo británico, al punto de influenciar a varios humoristas a lo largo y a lo ancho del planeta. Tal vez uno de los que haya recogido el guante de Monty Python en nuestro país sea Diego Capusotto. Y como todo tiene que ver con todo en la Adn de hoy se publicó una entrevista a él y a Pedro Saborido, hacedores del genial Peter Capusotto y sus videos. No sólo les recomiendo que lean la nota para conocer cómo laburan sino para que se acerquen a la visión que Deigo tiene respecto del humor:
“El humor revela lo no dicho, y muchas veces se permite mostrar lo monstruoso de aquello en lo que creemos. Por eso el humor siempre apunta a lo inverosímil, a lo que subyace. Es una mirada deformante con respecto a lo que nos rodea, eso que muchas veces construimos como defensa, retórica o negociación con el otro. El humor destroza todo eso y pone en evidencia aquello que en teoría no se puede decir”.
No recuerdo bien cuándo fue la primera vez que vi a Capusotto en acción, seguramente fue en Cha Cha Cha, allá en los comienzos de los noventa. Pato, uno de mis hermanos mayores, era fanático del programa y a veces me “dejaba” verlo con él. Uno de los sketches que más recuerdo del programa es el de Fatigatti, un jugador de fútbol poco amigo de la autoridad. Años más tarde I-sat volvió a poner a Cha Cha Cha en el aire y así fue como me reencontré con el querido Fatigatti.
“El humor revela lo no dicho, y muchas veces se permite mostrar lo monstruoso de aquello en lo que creemos. Por eso el humor siempre apunta a lo inverosímil, a lo que subyace. Es una mirada deformante con respecto a lo que nos rodea, eso que muchas veces construimos como defensa, retórica o negociación con el otro. El humor destroza todo eso y pone en evidencia aquello que en teoría no se puede decir”.
No recuerdo bien cuándo fue la primera vez que vi a Capusotto en acción, seguramente fue en Cha Cha Cha, allá en los comienzos de los noventa. Pato, uno de mis hermanos mayores, era fanático del programa y a veces me “dejaba” verlo con él. Uno de los sketches que más recuerdo del programa es el de Fatigatti, un jugador de fútbol poco amigo de la autoridad. Años más tarde I-sat volvió a poner a Cha Cha Cha en el aire y así fue como me reencontré con el querido Fatigatti.
El humor de, Casero, Alberti, Capusotto y compañía no siempre tuvo demasiada repercusión en los grandes medios. Tal vez sea porque su estilo, más ligado al teatro under, no daba con un formato televisivo que los catapultara a las masas – aunque tal vez ninguno de ellos tuviese ese objetivo como máxima -. Pero con el paso de los años los programas humorísticos que los tuvieron como protagonistas ganaron en masividad.
En el ’99 estaba en cuarto año de la secundaria y en mi división éramos tan sólo dos los que veíamos Todo por $ 2, pues para el resto de mis compañeros de curso les parecía un programa de humor no gracioso. Sin embargo, diez años después algunos de esos compañeros, a quienes Todo por $ 2 no les caía simpático, descargan sus risas con Peter Capusotto y sus videos. A mi humilde entender el humor de Cha Cha Cha, Todo por $ 2 y Peter Capusotto y sus videos tienen algo en común: lo absurdo. Pero por alguna razón este último programa tuvo más repercusión entre mis congéneres.
En definitiva, el humor no es inteligente ni estúpido, el humor es gracioso o no es gracioso. Te hace reír o no te hace reír, no hay muchas vueltas. A una persona le puede causar gracia lo que a otra no le saca ni una mueca. El absurdo es uno de los caminos para hacer reír desde la conjunción de dos mundos disímiles entre sí, pero que alguien los hace encontrar en un mismo punto con el objetivo de causar gracia. Para cerrar este post gracioso les dejo un clásico de Cha Cha Cha: convención de batmanes del Mercosur.
En el ’99 estaba en cuarto año de la secundaria y en mi división éramos tan sólo dos los que veíamos Todo por $ 2, pues para el resto de mis compañeros de curso les parecía un programa de humor no gracioso. Sin embargo, diez años después algunos de esos compañeros, a quienes Todo por $ 2 no les caía simpático, descargan sus risas con Peter Capusotto y sus videos. A mi humilde entender el humor de Cha Cha Cha, Todo por $ 2 y Peter Capusotto y sus videos tienen algo en común: lo absurdo. Pero por alguna razón este último programa tuvo más repercusión entre mis congéneres.
En definitiva, el humor no es inteligente ni estúpido, el humor es gracioso o no es gracioso. Te hace reír o no te hace reír, no hay muchas vueltas. A una persona le puede causar gracia lo que a otra no le saca ni una mueca. El absurdo es uno de los caminos para hacer reír desde la conjunción de dos mundos disímiles entre sí, pero que alguien los hace encontrar en un mismo punto con el objetivo de causar gracia. Para cerrar este post gracioso les dejo un clásico de Cha Cha Cha: convención de batmanes del Mercosur.