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12 julio 2008

El mundo es un pañuelo

- Y vos, ¿seguís de novio? – Preguntó ella que no lo veía desde hacía un par de años.
- Sí. Sigo con Mili – Contestó él mientras terminaba su apetitoso flan mixto.
- Che, ¿Mili tiene una hermana que se llama Belu? – Inquirió otro comensal de la mesa.
- Si. ¿Por? – Respondió sorprendido.
- Porque resulta que hace unos días fui al cumpleaños de una amiga de la facu y había una mina que era igual a Mili. Pero no era Mili. Cuando la vi pensé: “¿esa es Mili? Si fuese ella me hubiese reconocido. No es, pero que parecida. ¿Será la hermana?”. Y después en las fotos del cumpleaños la vi etiquetada en Facebook como Belu.
- Puede ser. ¿Cómo se llamaba la del cumpleaños?
- Florencia.
- No la conozco.
- Me parece que se deben conocer de la iglesia de San Patricio porque Belu estaba con el grupo de las amigas de la parroquia.
- Puede ser.
- Sentenció, dando por cerrado el tema.
- ¿Ya terminó la carrera Mili?
- A fin de año se recibe. Pero ya está en haciendo prácticas en el hospital.
- ¿Sí? ¿En qué hospital está?
– Preguntó la joven que había iniciado la conversación.
- En el Policlínico Bancario. – Contestó con la última cucharada de su poste en su mano derecha.
- ¡Jodeme! – Retrucó la dama – Mi viejo es el jefe de guardia.
- ¿Tu viejo es el jefe de guardia del Bancario? – Indagó el otro comensal.
- Sí.
- No me digas.
Mi hermana empezó a trabajar ahí hace un par de meses.
- Entonces seguro que la conoce ¿Cómo se llama tu hermana?


¡Pero que chico es el mundo! Al final todos nos encontramos con todos. A propósito, una nota que nos cuenta que siempre frecuentamos a los mismos lugares. Pues no nos movemos de un radio de 16 kilómetros.