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30 noviembre 2011

Sidras y turrones para todos


— Viste, para navidad se va a poder armar la mesa por $ 100. —dijo el taxista a punto de sentarse en la silla de su peluquero para un nuevo corte de pelo —Le voy a decir a Moreno que lo acompaño cuando hace las compras así me llevo lo mismo que él.
— Con las sidras ya tenés $ 30. —respondió entre risas el coiffeur al tiempo que tomaba las tijeras con su mano derecha. — Te compras diez de las que dice Moreno y ya estás. ¿Vos querías comprar comida?
— Ni ensalada podes comprar. La lechuga mantecosa está 12 mangos. Y olvídate de la ensalada de frutas.
— Podés hacer las ensaladas de kiosco que le ponen manzana y naranja, nada más. Y comé solo turrones, total es fin de año.
—Ya nos tratan de pelotudos. — se quejó el taximetrero. — Porque todos sabemos que es mentira, pero que encima te lo digan es decirnos que somos unos boludos.
— Tenés que a ir con Moreno al Mercado Central y le das la plata a él que te haga las compras.
—  Si vas al mercado perdés todo el día de laburo y encima compras cualquier mierda porque es todo una mugre.
— Por eso, tenés que confiarle la plata a Moreno que es como Lita de Lazzari.


El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, anunció ayer que para las fiestas de este fin de año los argentinos podrán armar su mesa navideña a tan sólo 100 sólidos pesos. Según el funcionario en el Mercado Central de Buenos Aires, será posible comprar entre otros productos, sidra a menos de $ 3. Todo para que la familia argentina no se prive de brindar y comer turrones como se lo merece. ¡Salut y felicidades!

12 noviembre 2011

La Tota, la Porota y los dólares


Desde la semana pasada, el Banco Central de la República Argentina dispuso nuevas medidas para la compra de dólares. Desde ahora quines quieran quedarse con un puñado de billetes verdes deberán presentar la documentación pertinente que asegure el aval necesario para hacerlo. Debido a esta medida los bancos se vieron “invadidos” por personas que desean adquirir dólares. En ese contexto dos señoras muy aseñoradas se encontraron en una atestada fila de una entidad bancaria y amenizaron el tiempo de espera charlando de bueyes perdidos.  

— Cuánto que tardan en atender acá. Hace veinte minutos que estoy y la fila no avanza.
— Es terrible. Encima no funciona el aire acondicionado. Yo me estoy ahogando.
— Una vergüenza, realmente.
— En la sucursal de Liniers pasa lo mismo.
— Claro. Pero ahora ahí no se puede ir. El barrio es un desastre.
— Sí. Es una mugre. Cada vez peor.
—  Está lleno de bolivianos. Antes no era así, antes era un barrio lindo. Yo pagaba los impuestos allá, pero no voy más. Ahora, me voy al shopping de Devoto que hay un Pago Fácil. Te atienden todo el día y el lugar es limpio.
— Mire usted qué cómodo.
— Sí, es cómodo. Pasa que los bolivianos están copando todo. Esta gente vive del Estado, les pagan por tener hijos. Uno para ganar plata tiene que trabajar, pero a ellos la plata se la regalan. Encima vio las camionetas que se compran. Y nosotros no podemos comprar dólares, pero a ellos se los dan. Con mi marido queremos irnos a Europa y no podemos comprar la plata para irnos.
— Es terrible. No sé en qué va a terminar esto porque dicen que se viene otro corralito.
— Mire no sé qué va a pasar. Pero lo seguro es que uno trabaja toda la vida para que después no pueda disfrutar la plata que ganó.