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01 diciembre 2014

Diciembres de súper acción

Por la radio transmiten en vivo un festival encabezado por Ska-P. También participan Karamelo Santo, Las Manos de Filippi, Once Tiros y Jauría. Es el momento de Las Manos. Su cantante, Hernán “Cabra” de Vega, anuncia que la próxima canción será dedicada al movimiento piquetero argentino. Acto seguido, suena Señor Cobranza. Muy diciembre 2001: que se vayan todos, asambleas populares en los barrios. Vestigios de la rebelión antisistema que terminó por no ser.

Se acerca fin de año y en las redacciones empieza a correr la conocida bola del “diciembre caliente”. Nadie da pistas sobre el qué, el cómo, el quién o el por qué. Pero sí el cuándo. El 19 y 20 de diciembre de 2001 dejaron su marca. Quienes teníamos 18 años –y quizás no sólo nosotros- creíamos que era el fin de la política tal como la conocíamos. Venía algo distinto. Todo estaba por hacerse. Pero no: las asambleas populares duraron pocos meses y la indignación de la clase media llegó hasta la próxima compra en 12 cuotas.

Cada año, una prole de periodistas esperan que algo pase y para avalar la teoría del caos se remontan a hechos cercanos.

En diciembre de 2010 unas tres mil familias ocuparon el Parque Indoamericano en reclamo de viviendas. Tres personas murieron durante el operativo de desalojo. Todo fue transmitido en vivo por televisión. La toma continuó unos días más hasta que los ocupantes se fueron con otra promesa de las autoridades que luego quedaría en el olvido. Mientras, las familias denunciaron que bandas armadas entraron al predio para sacarlos de ahí.

En diciembre de 2012, lejos del caliente conurbano bonaerense, el epicentro fue Bariloche. Los titulares se regodeaban entre saqueos, caos y descontrol. El intendente de la ciudad patagónica, Omar Goye, quedó en el ojo de la tormenta luego que lo acusaran por inacción. En abril del 2013 el jefe comunal fue destituido a través de un referendo: el 77% de los votantes le pidió que se vaya.

Unos meses después, en diciembre, para ser precisos, un acuartelamiento de la Policía en Córdoba dio un resultado cantado: otra vez, los titulares no daban a vasto con sus robos, saqueos y tensiones. Luego, cual efecto dominó, llegaron más reclamos uniformados en todo el país. En Tucumán hubo muertos, pero nadie se hizo cargo.

Cada diciembre llega a las redacciones el fantasma del 19 y 20 del 2001. ¿Será una idea instalada por un grupo de periodistas conspiradores criados bajo los rayos catódicos o un simple acierto de los oráculos del almanaque? Por las dudas, todos los años el cántaro va hacia la fuente.