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07 mayo 2011

El bondi, la frenada y el efecto dominó



Estimado lector, tal vez usted haya sido víctima de la vieja y conocida frenada de bondi. Esta modalidad, lejos de pasar de moda está más vigente que nunca entre los choferes del siglo 21.

Claro que no se trata de un estilo pensado para fastidiar al viajero desprevenido que debe hacer lo imposible para no irse de boca al piso. Sino que se trata de una marca identificatoria de todos los colectiveros que se precien de serlo.

Ahora bien, ¿cómo hacer para que una frenada de bondi no provoque el inevitable efecto domino entre los pasajeros que están de pie? No existe un abc para contrarrestarla, pero desde este humilde espacio virtual proponemos un método infalible.

Como primera medida, estimado lector, deberá usted muñirse de dos elementos para la empresa: algodón (también pueden utilizarse esas bolsitas con aire) y cinta adhesiva, de papel, preferentemente. Antes de iniciar un viaje en colectivo usted deberá pararse delante del espejo de su casa y literalmente envolverse en algodón, ayudándose con la cinta de papel. La misma permitirá fijarla a su cuerpo.

Siendo usted ahora literalmente una oveja, al momento en que un colectivero amigo ponga en funcionamiento la frenada de bondi usted no tendrá que preocuparse con nada. Gracias al método propuesto, el posible efecto dominó no le causará ningún magullón. A lo sumo, si usted se envuelve con bolsitas para elementos frágiles, generará bastante ruido al momento de chocar con otros pasajeros.