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05 abril 2011

¡Llame ya!, el ataque noventoso

Desde un cuchillo que corta el aire hasta una pomada que limpia impurezas del alma, pasando por un audífono capaz de registrar el silencio. La década del noventa llegó de la mano con productos que se vendían por tele y se compraban por teléfono. Era la época en la que se masificaban los servicios de televisión por cable y con tanto canal disponible a transmitir durante las 24 horas, la propuesta era simple: una publicidad que estuviese en el aire cuantas veces sea posible.

Así llegó uno de los primeros productos made in ¡llame ya! que coparon el aire del cable vernáculo: los cuchillos Ginsu 2000 . Cómo olvidar la publicidad en la que un japonés – porque era un producto de origen nipón – cortaba un zapato, una latita de gaseosas y un caño. Ahora bien, luego de semejante proeza al cuchillo todavía le quedaba filo para cortar un tomate o un ananá. Algo así como si cortar un zapato fuese condición sine qua non para comprar un cuchillo.

Uno de los compañeros de emociones del Ginsu 2000 era la pomada Didi Seven. Se trataba de un producto mágico, prácticamente. No importara la mancha que se le presentara esta pomadita se la comía cruda sin dejar rastro. El mejor ejemplo era la suma de grasa, aceite y tinta en las manos. Pero con frotar un poco de Didi Seven se resolvía la faena.

Nuestro país tuvo su gran publicidad ¡llame ya! que marcó una época. Se trató del Magni Ear, un audífono de tamaño imperceptible- tal como decía la promoción - que podía servir para escuchar la televisión sin molestar a otros o simplemente para no perderse ninguna línea de su actor favorito en el cine. Pero su mejor virtud era la posibilidad de escuchar hasta una aguja cayendo al suelo.

Quien protagonizó una de estas publicidades fue Mike Amigorena. Con un oído medio sordo, era uno de los tantos afortunados en conocer las propiedades auditivas de este producto. Pero lejos de renegar de su pasado el actor supo reírse de si mismo cuando en Los exitosos Pells protagonizó junto a Carla Peterson varios avisos en los que vendían los más insólitos productos avalados por la pareja televisiva que encarnaban.

Todavía se pueden ver  publicidades de compra directa en algún horario olvidado de la grilla de televisión por cable. Sin embargo, el furor y la novedad ya son historia. Pero si uno de estos avisos lo sorprende desvelado en medio de una madrugada, no se olvide que si llama dentro de los próximos 10 minutos se lleva algo de regalo.