Finalmente se casaron los novios. Guillermo y Catalina ya son duque y duquesa de Cambridge. Alrededor del mundo se desplegó una cobertura para llevar a millones de personas el minuto a minuto de la “boda del siglo”, convirtiendo a los medios en el principal invitado.
Para no ser menos, en la Argentina los principales canales de noticias se hicieron eco de la “boda del siglo” y montaron su maquinaria para contar: cómo era el vestido de la novia, qué tenía la torta de la boda, los sombreros que usaron los invitados, los elogios del novio a la novia en el altar, el color de la vestimenta de la reina Isabel y hasta el ramo que usó la nueva princesa de la corona británica.
Para ello no sólo repasaron una y mil veces las imágenes del casamiento, sino que también convocaron a especialistas en protocolo real y moda para que aportaran su visión sobre los hechos. Ellos demostraron todo lo que desaseaban participar del evento y estar allí.
Sin embargo, no todas fueron pleitesías para el evento. En plena Avenida 9 de Julio, durante el acto de la CGT por el Día Internacional del Trabajador, un carruaje adornado con dos banderas pirata y dos actores a bordo parodiando a Guillermo y a Kate dieron otra visión de los hechos. "Fuck you a todo el mundo", decía un cartel en el carro.
La intervención fue promovida por la Comisión de Familiares de Caídos en las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur, creada tras la guerra de 1982, molestos con la relevancia que le dieron los medios a la boda real.
"Nos causó fuerte impresión la manera en que los medios argentinos, en cadena, le dieron importancia a la boda real. Nos pareció como una sumisión cultural fuerte", dijo César Trejo, ex combatiente y apoderado de la Comisión, a la prensa.
El vehículo que llevaba a los nuevos príncipes también llevaba un letrero con la frase "recién caZados". Además, podían verse bolsas mortuorias con algunos de los nombres de los países donde el Imperio Británico puso sus pies en las últimas décadas: Irak, Islas Malvinas, Libia, Kosovo y BosniaHerzegovina.
Para muchos argentinos, dentro de los que me incluyo, el seguimiento minuto a minuto de la boda por parte de los medios no fue más que un ejemplo del comportamiento anglo centrista que desde hace más de doscientos años se instaló en nuestro país. Para muchos compatriotas ni una guerra, ni el saqueo económico llevado adelante durante el siglo 19, 20 y el 21 - por qué no decirlo - parecen formar parte del libro de historia. Una pena.