Led Zeppelin fue durante los '70 la banda de rock and roll más popular de la tierra. El conjunto estaba integrado por Jimmy Page en la guitarras, John Paul Jones en bajo, John Bonham en batería y Robert Plant en voz. Basados en cuerdas que imponían riffs memorables, una sólida performance de las cuatro cuerdas, unos parches golpeados como si fuese la última vez y un sonido vocal inconfundible, el grupo inglés se supo ganar en pocos años la admiración de muchos.
La popularidad de la banda estuvo respaldada por sus grandes dotes musicales, pero en el aire siempre ha quedado flotando la idea de que la verdadera razón de su éxito se debía a un oscuro pacto con el diablo. Créase o no, el mito en torno a Led Zeppelin y su oculta amistad con Lucifer han sido tema de varias páginas de libros. La leyenda cuenta que la banda firmó un contrato con el demonio según el cual, a cambio de algunos sacrificios, ellos llegarían a ser la banda más grande de su época.
Luego de un par de trabajos que no habían tenido gran repercusión, llegó la edición de su cuarto disco. La placa los catapultaría a directo a la veneración de su público. Con extensas giras por los Estados Unidos, la banda supo ganarse el respeto del mundillo del rock. Tal fue su éxito que en un par de conciertos por el país del norte metieron más gente que The Beatles, quienes poseían el record de público.
Pero no todo en la vida son buenas noticias. Poco a poco el señor de los infiernos comenzó a cobrar las cuotas del arreglo sellado años antes. La primer desgracia incluyó a Robert Plant. En unas vacaciones con su familia, el cantante sufrió un gravísimo accidente automovilístico que lo obligó a bajarse de los escenarios por unos cuantos meses. Tiempo después el hijo de Plant sufriría una enfermedad terminal causada por un virus desconocido que le costaría la vida. El hecho repercutió en la cotidianeidad del grupo al punto de creerse que el fin del conjunto se acercaba.
Superados los malos momentos vividos se juntaron en un estudio y grabaron un nuevo disco. La repercusión fue tal que estaban preparados para salir de gira nuevamente.
La última puñalada la recibieron el 25 de septiembre de 1980 cuando encontraron muerto al baterista de la banda. Luego de un día a puro alcohol John Bonham fue a descansar. Ese sería su último sueño porque durante la noche el músico se ahogó en su propio vómito.
Luego de aquel incidente el grupo decidió dar punto final a una carrera plagadas de éxitos que los encolumnaron como los mejores de su época. Mitos y leyendas de una banda que siempre coqueteó on el misterio y lo oculto.
La popularidad de la banda estuvo respaldada por sus grandes dotes musicales, pero en el aire siempre ha quedado flotando la idea de que la verdadera razón de su éxito se debía a un oscuro pacto con el diablo. Créase o no, el mito en torno a Led Zeppelin y su oculta amistad con Lucifer han sido tema de varias páginas de libros. La leyenda cuenta que la banda firmó un contrato con el demonio según el cual, a cambio de algunos sacrificios, ellos llegarían a ser la banda más grande de su época.
Luego de un par de trabajos que no habían tenido gran repercusión, llegó la edición de su cuarto disco. La placa los catapultaría a directo a la veneración de su público. Con extensas giras por los Estados Unidos, la banda supo ganarse el respeto del mundillo del rock. Tal fue su éxito que en un par de conciertos por el país del norte metieron más gente que The Beatles, quienes poseían el record de público.
Pero no todo en la vida son buenas noticias. Poco a poco el señor de los infiernos comenzó a cobrar las cuotas del arreglo sellado años antes. La primer desgracia incluyó a Robert Plant. En unas vacaciones con su familia, el cantante sufrió un gravísimo accidente automovilístico que lo obligó a bajarse de los escenarios por unos cuantos meses. Tiempo después el hijo de Plant sufriría una enfermedad terminal causada por un virus desconocido que le costaría la vida. El hecho repercutió en la cotidianeidad del grupo al punto de creerse que el fin del conjunto se acercaba.
Superados los malos momentos vividos se juntaron en un estudio y grabaron un nuevo disco. La repercusión fue tal que estaban preparados para salir de gira nuevamente.
La última puñalada la recibieron el 25 de septiembre de 1980 cuando encontraron muerto al baterista de la banda. Luego de un día a puro alcohol John Bonham fue a descansar. Ese sería su último sueño porque durante la noche el músico se ahogó en su propio vómito.
Luego de aquel incidente el grupo decidió dar punto final a una carrera plagadas de éxitos que los encolumnaron como los mejores de su época. Mitos y leyendas de una banda que siempre coqueteó on el misterio y lo oculto.