Cansados de escuchar el rock sinfónico y elaborado de los años setenta, un grupo de tres jóvenes londinenses se juntaron para tocar un sonido más primal, más sucio. Su idea de banda de rock estaba lejos de Pink Floyd, el ejemplo más acabado de perfeccionamiento musical de la época.
Aquellos muchachos disgustados eran, Steve Jones en la guitarra, Glen Matlock encargado del bajo y Paul Cook al mando de la batería. Al tiempo de tocar en varios clubes de la capital británica, al grupo se sumó la voz de John Lydon, conocido como Johnny Rotten. El resultado fue The Sex Pistols, la banda que puso al punk en el mapa de la escena musical británica. El hombre que bautizó al conjunto fue su manager, Malcom Mclaren, un productor discográfico que había tenido bajo su mando a The New York Dolls. El último personaje de la leyenda es Sid Vicious, el encargado de reemplazar a Matlock luego de su alejamiento de las cuatro cuerdas.
A base de varias presentaciones en Gran Bretaña la banda fue haciéndose conocida. Así es como en 1976 logró firmar un jugoso contrato con EMI. Al poco tiempo de editar su primer sencillo, Anarchy in the UK, la discográfica los despidió. El germen de la controversia había sido plantado. Luego de ser expulsados del sello, la banda consiguió un nuevo contrato. Aprovechando la popularidad ganada a fuerza de escándalos, A&M Records los sumó a sus filas.
El lanzamiento de su nuevo sencillo, God save the Queen les valió la censura de los organismos oficiales de las islas británicas. A pesar de ser prohibido el sencillo alcanzó el número dos de las listas. Las razones fueron que la canción injuriaba a la monarquía británica. Ante las protestas la compañía los echo. The Sex Pistols estaban nuevamente en la calle, pero no se quedarían con los brazos cruzados.
Además de la censura que la banda sufría desde la radio y la televisión, fueron vedados de tocar en vivo sobre suelo británico. Es por eso que debían presentarse en los clubes sin previo anuncio.
Para contrarrestar la ofensiva real el grupo plantó un nuevo desafío. Un día la banda se subió a un barco y comenzó a tocar el polémico tema. Navegando sobre el río Támesis, The Sex Pistols volvió a la primera plana de los diarios. Como no podía ser de otra manera todo terminó en escándalo. Los oficiales de la policía obligaron a los muchachos punks a bajarse del bote. Luego de varios forcejeos todo finalizó. The Sex Pistols había ganado de vuelta. Gracias al altercado su fama creció.
Llegó el año 1977 y por fin salió a la venta el primer disco de The Sex Pistols, Never mind the bollocks, here is The Sex Pistols (Nos importa unos cojones, aquí están los Sex Pistols). Como era de esperarse el disco fue censurado. A pesar de ello, el LP trepó al segundo puesto en las listas de ventas de Gran Bretaña.
A la salida de su primera placa le siguió una gira por los Estados Unidos. Los prolongados viajes por el país del Tío Sam derivaron en la disolución del grupo.
Aquellos muchachos disgustados eran, Steve Jones en la guitarra, Glen Matlock encargado del bajo y Paul Cook al mando de la batería. Al tiempo de tocar en varios clubes de la capital británica, al grupo se sumó la voz de John Lydon, conocido como Johnny Rotten. El resultado fue The Sex Pistols, la banda que puso al punk en el mapa de la escena musical británica. El hombre que bautizó al conjunto fue su manager, Malcom Mclaren, un productor discográfico que había tenido bajo su mando a The New York Dolls. El último personaje de la leyenda es Sid Vicious, el encargado de reemplazar a Matlock luego de su alejamiento de las cuatro cuerdas.
A base de varias presentaciones en Gran Bretaña la banda fue haciéndose conocida. Así es como en 1976 logró firmar un jugoso contrato con EMI. Al poco tiempo de editar su primer sencillo, Anarchy in the UK, la discográfica los despidió. El germen de la controversia había sido plantado. Luego de ser expulsados del sello, la banda consiguió un nuevo contrato. Aprovechando la popularidad ganada a fuerza de escándalos, A&M Records los sumó a sus filas.
El lanzamiento de su nuevo sencillo, God save the Queen les valió la censura de los organismos oficiales de las islas británicas. A pesar de ser prohibido el sencillo alcanzó el número dos de las listas. Las razones fueron que la canción injuriaba a la monarquía británica. Ante las protestas la compañía los echo. The Sex Pistols estaban nuevamente en la calle, pero no se quedarían con los brazos cruzados.
Además de la censura que la banda sufría desde la radio y la televisión, fueron vedados de tocar en vivo sobre suelo británico. Es por eso que debían presentarse en los clubes sin previo anuncio.
Para contrarrestar la ofensiva real el grupo plantó un nuevo desafío. Un día la banda se subió a un barco y comenzó a tocar el polémico tema. Navegando sobre el río Támesis, The Sex Pistols volvió a la primera plana de los diarios. Como no podía ser de otra manera todo terminó en escándalo. Los oficiales de la policía obligaron a los muchachos punks a bajarse del bote. Luego de varios forcejeos todo finalizó. The Sex Pistols había ganado de vuelta. Gracias al altercado su fama creció.
Llegó el año 1977 y por fin salió a la venta el primer disco de The Sex Pistols, Never mind the bollocks, here is The Sex Pistols (Nos importa unos cojones, aquí están los Sex Pistols). Como era de esperarse el disco fue censurado. A pesar de ello, el LP trepó al segundo puesto en las listas de ventas de Gran Bretaña.
A la salida de su primera placa le siguió una gira por los Estados Unidos. Los prolongados viajes por el país del Tío Sam derivaron en la disolución del grupo.