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16 marzo 2007

Sin rumbo y desesperao


Cuando no tengas ni fe, / ni yerba de ayer / secándose al sol; / cuando rajés los tamangos / buscando ese mango/que te haga morfar... / la indiferencia del mundo / -que es sordo y es mudo- / recién sentirás.


Hace unos cuantos posteos atrás hice una referencia a Enrique Santos Discépolo y en este caso vuelvo a él para mencionar otro tango de su puño y letra, Yira Yira. La canción le cuenta a un tipo que no existe en el mundo una persona a quién le importe su existencia. Quien canta es una persona a la que le cayó la ficha de que nadie le va a tender una mano para ayudarlo en las difíciles.

El tango fue escrito en 1930 y cuenta el mal momento económico por el cual atraviesa gran parte de la población. A no olvidar que un año antes se había derrumbado la bolsa de comercio de New York y la economía argentina sufría los efectos recesión mundial.

En el video se puede ver un “casual” encuentro entre dos colosos: el mismísimo Discépolo y el zorzal criollo, Carlos Gardel. Aquí el cantor le pide a Enrique que le cuente de qué se trata la canción y el flaco, con su notable manera de explicar las cosas, le dice a Carlitos qué es lo que quiso relatar. En tanto que el audio pertenece a la grabación que Carlos Gardel hizo de Yira Yira en 1930 junto a un trío de guitarras compuesto por Guillermo Barbieri, José María Aguilar y Angel Riverol.