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16 septiembre 2007

Бэтмен

Estamos en Moscú, 1990. Un hombre planea asesinar a Mikhail Gorvachov. El líder de la URSS brindará un discurso en público conmemorando el día de la tierra.

Hasta acá este podría ser el comienzo de una película de espionaje. Fin de la guerra fría, transición soviética, intento de asesinato a una autoridad. Están todos los condimentos de una lata más de Hollywood. Sólo faltan los personajes.

Buscando un viejo recorte de diario sobre Jimi Hendrix me adentré en mi archivo personal. Entre revistas de actualidad desactualizadas, periódicos amarillentos y demás papeles, encontré un ejemplar de un comic de Batman. El número en cuestión se llama ¡Día de la tierra! !Noche del demonio! y fue lanzado por la Editorial Perfil en febrero del '95.

La historieta cuenta lo que mencioné antes. Un tipo quiere matar a Gorbachov porque lo señala como el máximo responsable del inminente desmembramiento de la Unión Soviética. El hombre jura venganza sobre los ideales de Lenin y de Marx. Pero quedate tranquilo, al bueno de Gorvachov no lo van a matar. ¿Todo por qué? Porque Batman, mejor dicho Bruce Wayne, está en el lugar indicado, en el momento correcto. El encapuchado evitará que el presidente de la URSS sea asesinado.

Te conté el final, soy un desgraciado. Lo que me interesó de esta historieta en particular son dos cosas. Por un lado, me llamó la atención la idea de contar un período de la historia de gran significación para la humanidad contemporánea, como lo fue el final de la URSS, en formato de historieta. Se supone que este tipo de publicaciones están dirigidas a niños o adolescentes. En 1995 yo cumplí doce años de edad. No recuerdo bien si en ese momento llegué a entender el meollo de la situación. Calculo que no. Por esa época ni puta idea tenía de quiénes eran Lenin y Marx, menos idea aún tenía sobre quién era Gorbachov.

Por el otro lado, la personificación que el autor hace del hombre que intenta matar a Gorbachov también me llamó la atención. Para ser claro. Marv Wolfman, el autor del comic en cuestión, posiciona al asesino como el demonio. Así es como Batman lo llama al suso dicho y así es como el dibujante lo grafica. La distancia entre ambos es muy clara. En un punto llega ser demasiado obvia que causa risa. Y vos, ¿de qué lado estás?