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07 enero 2012

Acotaciones veraniegas


Fernando está aburrido y con calor. Los 37º grados a la sombra no lo alientan a salir a la calle. La comodidad de su sillón y el aire acondicionado de su living son la coartada perfecta para no hacer nada. Se acomoda en su sofá y enciende la televisión.
En un canal de noticias presentan un informe desde de Punta del Este sobre una noche hawaiana auspiciada por una importante bodega de vinos. Todos los invitados al evento visten de “un riguroso blanco”, describe el notero. Una de las asistentes lleva un loro en su hombro derecho y dice que lo llevó a la fiesta porque “se enamoró” del animal.

Suena el teléfono y Fernando decide no atender. Luego del sexto timbrazo, el aparato deja de taladrar el dos ambientes de Parque Patricios. La fiesta en Uruguay resultó ser un éxito, informan desde la tele dándole un cierre a la nota.

Ahora, el presentador despide desde estudios centrales al movilero que se encuentra en la coqueta playa de San Ignacio rodeado de escuálidas mujeres son lentes oscuros y pañuelos de los más diversos colores sobre sus cabezas. Estalló el verano y los culos al sol se pasean por la pantalla.

Fernando también se despide de la costa esteña. En el canal de al lado, una vedette tira mierda contra su compañera de elenco de una obra revisteril marplatense. Los conductores del programa festejan cada una de sus bravuconadas y para finalizar sus exclusivas declaraciones le piden una vueltita para la tribuna. 

Ella accede encantada y dice que estuvo todo el invierno trabajando en el gimnasio para “tener este lomazo”. En la ciudad feliz los culos al sol también se pasean en la pantalla.